Es una de las tradiciones más antiguas y representativas de México, tanto así que la UNESCO la nombró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2008.
Tiene origen prehispánico y los días que se celebra son el 1 y 2 de noviembre y es una tradición que ha estado presente en los pueblos mexicanos a lo largo de la historia. Dentro de esta celebración se nota la presencia del color del cempasúchil, el característico olor del incienso, el sabor de las calaveritas de azúcar y el riquísimo pan de muerto.
Adéntrate en sus orígenes y conoce qué hace tan característica esta fiesta.